domingo, 23 de mayo de 2010

Gogol Bordello: pura energía balcánica


Gogol Bordello, la pequeña gran familia gitana procedente de todas y de ninguna parte, afincados en la gran manzana desde los años 90, actuó el pasado viernes día 21 de mayo en la sala madrileña La Riviera. Las agujetas me duraron tres días.
Lo ideal para una soleada y calurosa tarde de viernes no es precisamente meterse en un espacio cerrado y con música a tope, y mucho menos si vas a pasarte cerca de dos horas saltando y bailando sin parar. Sin embargo, esta cita no se podía dejar pasar.
Llegando tarde, como no, y perdiéndome a los primeros teloneros mientras compraba la entrada, entré en la sala aún medio vacía cuando salían Mariachi el Bronx, unos mariachis californianos bastante simpáticos. Canciones que hablaban de amor, bastante animadas, con letras en inglés, trompeta y violín incluidos, comenzaron a calentar al público que iba entrando en la Riviera.



No tiene pérdida; además resulta que este grupo antes se llamaba The Bronx, a secas, y hacían nada más y nada menos que hardcore punk, tal que así:



Estuvieron muy divertidos, y todos eran bastante buenos.
Una hora después, el tirachinas bordelliano presidía el escenario, con todos los instrumentos colocados y la gente abarrotando el lugar, ansiosa de comenzar a bailar.

Ultimate, Not a Crime y Wonderlust King para empezar, seguidas y sin un solo respiro, no está nada mal. Muchos ya parábamos a coger aliento.
Eugene Hütz a la voz principal y guitarra, y Sergey Ryabtsev con su violín son sólo el comienzo de una larga carrera que recorre prácticamente cada rincón del mundo, cogiendo un pedacito de la esencia de cada país y dando como resultado este teatro de punkis gitanos, rusos, israelitas, americanos y latinos. Percusión, saxofón, acordeón, un mc, guitarra eléctrica, bajo ... junto a lo más importante: espíritu y energía.
El concierto continuó repasando los clásicos a la par que presentaba los temas más recientes, como Pala Tute o My companjera, coreados a la perfección por el incansable público. Incansable también la banda, que con un larguísimo Break the Spell lanzaron al percusionista ecuatoriano Pedro Erazo a surfear sobre su bombo encima de la multitud.



Vídeo grabado con mi móvil, pido disculpas de antemano por la pésima calidad.

Cuando ya parecía que ni ellos ni nosotros podíamos más, se atreven con un segundo bis tras dos parones, esta vez más relajado, interpretando el ya himno Alcohol. Poco más puedo decir sobre el concierto, les doy un 10 tanto musicalmente como en la puesta en escena. Espero tener lista en unos días una entrada dedicada enteramente a Gogol Bordello, ya que la historia de este cabaret ambulante no tiene pérdida.

(C) MRF 2010


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