jueves, 9 de diciembre de 2010

El cineasta Luis García Berlanga fallece a los 89 años

Marina R.F.| 15.Nov.2010Madrid


Hablar de Berlanga es hablar de cine, en su más pura esencia. Es hablar de posguerra, de España, de comedia, de ironía y, sobre todo, de talento. El director valenciano, protagonista hace a penas una semana de un anuncio de Médicos Sin Fronteras, falleció en Madrid el pasado sábado, 13 de noviembre, por causas naturales, a los 89 años.

Luís García Berlanga, nacido en 1921, comenzó los estudios de Derecho y Filosofía y Letras, pero se dio cuenta de que su verdadera vocación era el cine, por lo que e
n 1947 ingresó en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid. Años antes se había enrolado en la División Azul, según algunos para evitar que se aplicasen represiones políticas sobre su padre, ex Gobernador Civil de Valencia durante la Segunda República. Otros dicen que fue para impresionar a una chica.
En su primera época en el Instituto de Madrid rodó sus primeros cortos, “Tres Cantos” (1948), “Paseo por una guerra antigua” (1948) y “El Circo” (1949). Su primer largometraje es de 1951, estrito y dirigido junto a Juan Antonio Bardem, “Esa pareja feliz”.
Tras la guerra civil, supuso una vuelta de tuerca al cine del momento, demasiado tipificado. Un año después, Bardem volvería a acompañar a Berlanga (y no sería la última vez) en “Bienvenido Mr. Marshall”, filme con el que ganó varios premios en el Festival de Cannes y supuso el inicio del cine moderno en España. Cargado de humor negro, ofrece una versión esperpéntica de la realidad social y política española.
En 1957 dirige “Los Jueves, Milagro”, cerrando su producción en los años 50 con los problemas de la censura, salvados gracias a su genial sátira y capacidad de dotar de un doble sentido a las palabras. En la década de los 60, “Plácido” (1961) y “El verdugo” (1963) le valieron repercusión internacional co
n una nominación al Oscar y un galardón en Venecia.
Los 70 comenzaron con “¡Vivan los novios!”, “Tamaño natural” (1974) y “La escopeta nacional” (1978). La transición y apertura política escenificó este último filme, el cual representa la clase política y empresarial del momento en forma de ácida comedia con Luis Escobar, José Luis López Vázquez, José Sazatornil y Mónica Randall como protagonistas.
A partir de los años 80, habiendo sellado ya varias obras maestras, su carrera da un giro, y los siguientes títulos, como “Moros y cristianos” (1987), “Todos a la cárcel” (1993), “París Tombuctú” (1999) y las secuelas de “La escopeta nacional”: “Patrimonio nacional” (1981) y “Nacional III” (1983) componen sus obras menores.

La obra de Berlanga inspiró el adjetivo berlanguiano, referido al universo del cineasta, representante del cine en nuestro país durante el siglo XX junto a Luis Buñuel. A través de sus obras, cualquiera puede adivinar el perfil político y social español del siglo XX desde una perspectiva fresca, alegre e
irónica. En 1986 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (el primero para un cineasta) y un Goya como mejor director en 1993.
Una última obra está a buen recaudo en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, que no podrá verse hasta el 12 de junio de 2021, fecha del centenario del nacimiento de Berlanga
Los últimos años del valenciano estuvieron marcados por el alzhéimer, enfermedad que lo apartó de la esfera pública, hasta que, días antes de su fallecimiento, protagonizó una campaña de Médicos sin Fronteras en defensa de los enfermos olvidados.




Texto (C) MRF 2010

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